Alli está la húmeda frontera,
puro abismo de mi misma,
puro abismo de mi misma,
oscuridad,
ráfagas heladas de tristeza y soledad,
lluvias sin fin mojándolo todo,
aún más,
Y de este lado de la frontera:
mi cama, tu cálida presencia
(te vi desnuda saliendo del mar)
este devenir de diafanidad
un cielo agujereado de estrellas fugaces,
esa intensidad que sofoca mis pestañas,
que me persigue hasta el otro abismo,
el otro lado,
el de tus brazos abiertos esperándome.